domingo, 19 de abril de 2009

Entrevista

Mi madre fue llamada por Liliana, mi psicóloga, para una entrevista a solas.
Al ser ella parte de mi familia y una figura importante en mi vida, mi terapeuta consideró conveniente mantener una charla para dilucidar una serie de cuestiones familiares.
Sabía, por lo que yo le había contado, cómo era el perfil de mi mamá, cuál era nuestra relación, y cuál había sido nuestra historia. Sabía que no era una mujer fácil y que estaba bastante conflictuada consigo misma, pero, aunque conocía todo esto y otros tantos detalles, igual quiso recibirla.

No sé bien qué sucedió en el tiempo que ambas estuvieron frente a frente, hablando cosas profundas acerca de mí y de mi madre, de mis circunstancias y las suyas.
Me gustaría haber estado ahí, para escuchar las palabras pronunciadas, los silencios prolongados entre frase y frase, las cosas que mi mamá no dijo y se guardó y algunas otras que quizás salieron de su boca y no fueran ciertas.
Lo único de lo que papá y yo nos enteramos (porque él también fue citado para mantener un diálogo con Liliana) fue que ella lloró durante esa entrevista. ¿Por qué? Quizás por culpa, por impotencia, por arrepentimiento… no lo sé. Uno nunca conoce sus motivos.

Unas pocas semanas después, mi padre se reunió con mi madre en un bar a tomar un café y mantener una de esas charlas obligatorias acerca de los hijos, del aumento de la cuota alimentaria, de las cosas que hacen falta, y, por lo general, para escuchar quejas y reclamos de mujer separada. Aunque yo no esté ahí, puedo imaginarme esa situación y de sólo hacerlo, ya me da estrés y dolor de cabeza. No es fácil juntarse a conversar con mi mamá.

Lo cierto es que en un determinado momento, mi padre le dijo:
- ¿Y? ¿Cómo te fue en ese encuentro que tuviste con Liliana?
- Y… si… bien.
- Me contaron que hubo un momento en el que lloraste…
Como ella es rápida y le encuentra respuesta a todo porque no puede quedarse callada y dejar que el otro domine la conversación, le contestó, a modo de queja:
- ¡Y claro! ¡Cómo no voy a llorar! ¡Si le tuve que pagar la consulta de treinta y cinco pesos!

6 comentarios:

  1. Tu mamá me produce mucha ternura. La veo parecida a la mía, a quien critiqué bastante cuando tenía tu edad. Es natural, para algo existe la adolescencia: para diferenciarnos de nuestros padres poniendo sus defectos bajo una lupa e intentar formar así nuestra propia personalidad. Aunque al final terminemos siendo exactamente como ellos y cometiendo casi los mismos errores. A veces peores errores.
    Mi mamá, la loca, la lengua larga, la neurótica, la perfeccionista, la hinchapelotas, es la única persona en al mundo que siempre estuvo ahí cuando la necesité. La que puso el cuerpo y el corazón en los peores momentos de mi vida sin pedir nada a cambio. Seguramente la tuya va a hacer lo mismo.
    Besos

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  2. Muchas "mamas" son muy condicionantes en la configuración de nuestro modelo mental... es lo bello y árido de nuestra existencia. Una cadena de seda..

    pacobailacoach.blogspot.com

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  3. Primera vez que paso.
    Es asi, las madres son tremendas. Mi mama se parece muchisimo a la tuya, pero no puedo negar que estuvo ahi cuandoi la necesite, dejando de lado todo el papel copiado de Gasalla del cual se habìa adueñado.
    Besos!

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  4. Una de mis hermanas mayores, fue al psicologo como de los 17 a los 19, ahora tiene 26, y no hace mucho me conto lo mucho q la ayudo en cuanto a mi mamá porque su relacion era y todabia es media compleja, pero cuando el psicologo le propuso un consulta con mi mamá mi hermana se nego rotundamente, y no lo lamenta y yo hubiera actuado igual, porque mi mamá es de esas que primero q nada, no cree en los psicologos, tiene un concepto que es muy gracioso al respecto y porque no sabe separar, y es de esas que despues te miran con esa cara como acusandote.
    Pero me parece genial que los padres se presten a estas entrevistas.

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  5. hola gracias por seguie mi blog.
    un saludo.

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  6. Gabriela:
    Usted debe tener los valores bastante alterados o debe parecerse a Bibi, la histeriquita hermana de Veveka.
    ¿Cómo puede decir que le da ternura una perversa como la mujer esta? ¿Qué no lee lo que hace?
    ¡Hay cada uno que opina, acá!

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